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Mensajes Distinguidos:
- Liderazgo desde la ingeniería: Su nombramiento como director general refleja una transformación en el sector salud, que empieza a valorar perfiles no médicos para liderar instituciones. La experiencia en procesos, calidad, productividad e innovación es hoy fundamental para dirigir clínicas con enfoque en eficiencia, sostenibilidad y trabajo en equipo.
- Adaptación y sinergias para enfrentar las reformas: Frente a los cambios en el sistema de salud, plantea la necesidad de integrar lo mejor del modelo actual con las nuevas propuestas. Promueve la colaboración efectiva entre lo público y lo privado como la clave para brindar atención integral, oportuna, sostenible y de alta calidad.
- Diagnóstico oportuno en territorios con barreras: Resalta la importancia del diagnóstico temprano, especialmente en oncología, donde las condiciones culturales y logísticas del Cauca dificultan el acceso. A través de alianzas estratégicas, buscan evitar traslados innecesarios y brindar atención integral y costo eficiente en la región.
- Tecnología al servicio de la región: La implementación de equipos como el resonador, el TAC y el servicio de hemodinamia marca un avance para resolver patologías complejas localmente. Esto permitirá reducir la dependencia de Cali, mejorar la oportunidad en la atención y acercar los tratamientos a las familias caucana.
- Visión 2028: cooperación y sostenibilidad: La estrategia está centrada en desarrollar las capacidades necesarias para la atención clínica de patologías de alta complejidad, seguir desarrollando modelos de pago fijo que garanticen el flujo de recursos, eficiencia en costos, alianzas regionales (como el clúster de salud en Cauca) y en la protección del sistema colombiano, que se destaca por su bajo gasto de bolsillo para los pacientes. Sostener este modelo requiere eliminar excesos y fortalecer la colaboración entre todos los actores.
EF: ¿Te nombraron director general de la Clínica San Rafael de Popayán en marzo del 2024, que te motivo a aceptar este nuevo reto?
AP: Lo que más me motivó a aceptar este reto fue la oportunidad de demostrar que la gestión en salud va más allá de los perfiles médicos. Soy ingeniero de procesos y productividad con veinte años de experiencia en el sector salud, y durante mucho tiempo asumí que los cargos directivos estaban reservados casi exclusivamente para médicos. Sin embargo, el modelo que trajo el Grupo Steward a Colombia rompió ese paradigma y apostó por liderazgos orientados a la eficiencia, la optimización y la gestión integral de procesos.
Además, me atrajo la posibilidad de trabajar directamente con la operación, cerca de los pacientes, donde el impacto es visible y tangible. La atención de urgencias y cirugías me conecta con la verdadera razón de ser de los servicios de salud. Sumado a esto, asumir la dirección en Popayán representó un desafío adicional: es una región con particularidades sociales y de seguridad, pero también con un gran potencial de crecimiento y mejora.
Para mí fue un reconocimiento profesional y, al mismo tiempo, una oportunidad para liderar un equipo hacia la excelencia, aplicando todo lo que he aprendido en ingeniería de procesos, calidad y optimización, siempre al servicio del paciente. Este era el reto que estaba esperando.
EF: Colombia atraviesa un año complejo con las reformas del sistema de salud en la agenda. ¿Cómo ves el 2025 y cuáles son los objetivos principales de la Clínica San Rafael?
AP: El 2025 será un año de grandes retos, pero también de importantes oportunidades para transformar y fortalecer el sistema de salud. Desde la Clínica San Rafael creemos que el camino no es destruir lo que existe para imponer un nuevo modelo, sino lograr sinergias entre lo que ya funciona y las propuestas que pueden mejorar el sistema. La clave está en integrar lo mejor de cada modelo, no en reemplazar uno por otro.
El sistema actual tiene aciertos y deficiencias, y lo que se necesita es que los diferentes actores —gobierno nacional, autoridades locales, el sector público y el privado— trabajemos juntos para que todos los engranajes funcionen de manera articulada. Necesitamos construir puentes entre los niveles de baja y alta complejidad, entre el primer nivel de atención y las instituciones de alta complejidad como la nuestra.
Atender en nuestra clínica a pacientes que podrían ser tratados eficazmente en un centro de atención primaria genera un sobrecosto innecesario tanto para el gobierno como para las EPS. Por eso es fundamental fortalecer la red de atención primaria, hacer que funcione correctamente y garantizar que cada paciente sea atendido en el nivel adecuado, optimizando así los recursos del sistema.
En la Clínica San Rafael, entendemos que los pacientes seguirán llegando, con cualquier modelo, asegurador o forma de pago. Por eso, nuestro principal objetivo para el 2025 es adaptarnos con agilidad, seguir garantizando una atención de alta calidad y consolidarnos como un referente regional en alta complejidad. Somos conscientes de que esto solo es posible si trabajamos en equipo, con una visión colaborativa entre lo público y lo privado.
El país cuenta con un talento humano altamente capacitado, y es hora de que aprovechemos ese potencial para construir un sistema más eficiente, sostenible y centrado en el bienestar del paciente. Ese es el compromiso que nos mueve.
EF: ¿Cuál es la importancia del diagnóstico temprano y oportuno, y cómo podemos promoverlo?
AP: El diagnóstico temprano es fundamental para mejorar los resultados en salud, especialmente en patologías como el cáncer. Cuanto más oportuno sea el diagnóstico, mayor será la tasa de éxito del tratamiento y la posibilidad de salvar vidas, además de que el costo para el sistema es mucho menor. Detectar una enfermedad en etapas avanzadas no solo reduce las opciones terapéuticas, sino que también incrementa significativamente el gasto en salud.
En la Clínica San Rafael trabajamos con comunidades que presentan retos muy particulares. Por ejemplo, atendemos a pacientes oncológicos de una EPS perteneciente a un régimen especial indígena. En estas comunidades, la medicina tradicional tiene un valor profundo y suele ser la primera opción de tratamiento. Muchas veces recurren a la medicina occidental cuando la enfermedad ya está avanzada. Hemos trabajado intensamente para lograr que estos pacientes hagan una transición más temprana hacia la medicina occidental, respetando siempre su cultura, pero enfatizando la importancia de combinar los saberes ancestrales con las herramientas científicas disponibles para mejorar su pronóstico.
El contexto regional también presenta desafíos estructurales. En el departamento del Cauca no contamos con todos los servicios especializados que requiere un tratamiento integral de oncología. No hay un PET/CT en la región, solo una institución ofrece radioterapia y muchas veces los pacientes deben desplazarse hasta Cali para acceder a estos servicios. En la Clínica San Rafael ofrecemos quimioterapia, cirugía y hospitalización, pero dependemos de alianzas estratégicas para completar el ciclo de atención. Estos traslados, además de ser complejos y costosos, afectan emocionalmente a los pacientes que muchas veces no pueden contar con el acompañamiento de su familia.
Por eso, uno de los grandes objetivos que compartimos con la Secretaría de Salud del Cauca es fortalecer la infraestructura y las capacidades locales para que los pacientes puedan ser diagnosticados y tratados en su propia región. La única manera de lograrlo es con trabajo en equipo, sumando esfuerzos entre instituciones públicas y privadas, y ampliando el acceso a tecnologías y especialistas. Promover el diagnóstico temprano es, en definitiva, salvar vidas y acercar la salud de calidad a donde más se necesita. Ese es el compromiso que tenemos.
EF: ¿Al ser una clínica de alta especialidad como implementan las nuevas tecnologías médicas? ¿Existe un campo nuevo de la tecnología médica que te llame la atención?
AP: En una región como el Cauca, donde las condiciones geográficas y de acceso son tan complejas, la tecnología médica juega un papel fundamental. El departamento tiene 42 municipios y algunas poblaciones ubicadas en la costa pacífica solo pueden llegar a Popayán en avión. Otros municipios están a más de diez o doce horas por carreteras en muy mal estado. En este contexto, la tecnología no solo significa innovación, sino una verdadera herramienta de acceso y oportunidad para los pacientes.
En la Clínica San Rafael hemos logrado dotarnos con equipos de alta calidad que marcan la diferencia en la región: tenemos un resonador de última tecnología, ecógrafos avanzados, un equipo de hemodinamia, un TAC de muy buen nivel, y un angiógrafo que, aunque estuvo inactivo desde la apertura de la clínica, ahora comenzamos a poner en operación. Este mes lanzamos nuestro servicio de Hemodinamia, lo que significa que podremos realizar este tipo de procedimientos en la región. Esto es un avance enorme, porque hasta ahora por la capacidad resolutiva la mayoría de los pacientes con patologías cardiacas complejas debían ser remitidos a Cali, generando demoras y desarraigo familiar. Ahora podrán recibir una atención oportuna, de alta calidad, sin tener que salir de su entorno.
Trabajamos con proveedores de tecnología médica de primer nivel lo que nos da la confianza de que contamos con herramientas diagnósticas al estándar que nuestros médicos necesitan para tomar decisiones rápidas y precisas.
Un campo que me parece clave para el futuro, y que aún está pendiente de fortalecer en nuestra región, es la telemedicina. Es especialmente necesaria para acercar atención especializada a las zonas rurales más apartadas, incluso en la selva, donde hoy el acceso es casi inexistente. La telemedicina no solo es el futuro, es una necesidad urgente para territorios como el Cauca.
Nuestro compromiso es seguir incorporando tecnología no solo como un símbolo de modernidad, sino como una herramienta para cerrar brechas de acceso y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes, especialmente los que enfrentan las mayores barreras geográficas y sociales.
EF: ¿Qué decisiones tienen que tomar hoy, la clínica y el Grupo Steward, para lograr los objetivos para Visión 2028?
AP: Desde la Clínica San Rafael entendemos que la clave para alcanzar la Visión 2028 es adaptarnos con agilidad a la evolución del sistema de salud, sea cual sea el modelo que finalmente se establezca. Debemos estar preparados para trabajar con los esquemas de contratación que propongan las EPS actuales o las nuevas gestoras de salud que puedan surgir. No podemos aferrarnos a un solo modelo; nuestra fortaleza debe ser la flexibilidad y la capacidad de respuesta.
Uno de los grandes retos es avanzar hacia modelos de riesgo compartido, donde el enfoque esté realmente en el bienestar del paciente y no en la cantidad de servicios prestados. Los acuerdos deben buscar eficiencia, calidad y sostenibilidad, en lugar de centrarse solo en los márgenes de facturación. Tenemos que ser excelentes en nuestros procesos y tratamientos para garantizar costo-efectividad, que será cada vez más valorada en la gestión de la salud.
Además, es fundamental seguir fortaleciendo las alianzas estratégicas a nivel local y regional. En Cauca, hemos avanzado en la creación de un clúster de salud donde ya no nos vemos como competidores, sino como aliados. Por ejemplo, el hospital más grande de Cauca está a tres cuadras de nuestra clínica, y cerca también está la Clínica La Estancia. Nos apoyamos mutuamente: si uno de nosotros necesita insumos, equipamiento o soporte, nos ayudamos sin dudarlo. Incluso, si un resonador falla, entre las instituciones nos cubrimos para que la atención al paciente no se detenga.
Esta colaboración es clave para construir rutas integrales e integradas de atención, que es precisamente lo que buscan tanto los gobiernos como el sistema de salud en general. La salud no puede gestionarse como una competencia por mercado; las necesidades de la población son tan grandes que solo a través del trabajo en equipo podemos dar respuestas efectivas.
Como colombianos, tenemos un sistema de salud que ha logrado, por ejemplo, que el gasto de bolsillo sea de los más bajos en la región. Una persona subsidiada, o incluso en régimen contributivo, puede recibir una cirugía como una apendicitis pagando hasta cero pesos colombianos, mientras que en otros países como Estados Unidos puede costar hasta trece mil dólares. Este es un logro que debemos proteger, pero para hacerlo es indispensable eliminar los excesos y trabajar por la sostenibilidad del sistema.
En resumen, para cumplir con la Visión 2028 debemos ser ágiles, adaptables, cooperativos y obsesionados con la eficiencia y la calidad. Es así como garantizaremos que el sistema siga siendo accesible, sostenible y centrado en el paciente. Ese es el camino que estamos construyendo hoy.
EF: ¿Tienes un mensaje final para el sector de salud colombiano?
AP: Mi mensaje es que debemos dejar de vernos como piezas aisladas de un sistema. Todos —el sector público, el privado, el gobierno, las EPS, las clínicas, los hospitales y los profesionales de salud— somos parte de un mismo engranaje. Solo funcionaremos bien si lo hacemos de manera articulada, como una verdadera sumatoria de sinergias donde cada actor es necesario y aporta valor.
Sea cual sea el modelo que el gobierno defina, lo fundamental es que exista responsabilidad financiera y cumplimiento en los pagos. Hoy las clínicas y hospitales, en promedio, solo logran recaudar entre el 65% y el 70% de lo que facturan cada mes. Este desbalance nos obliga a dejar insumos, medicamentos y servicios sin pagar, lo que pone en riesgo la continuidad de la atención y afecta directamente a los pacientes, que al final son quienes más sufren.
Para que el sistema de salud funcione, debe haber un flujo financiero estable y responsable. El gobierno debe garantizar los recursos, las aseguradoras deben pagar a las EPS, y las EPS deben cumplir con los pagos a sus proveedores. Cuando esa cadena se rompe, se detiene el acceso a tratamientos, a medicamentos y a procedimientos vitales.
El sistema de salud colombiano ha logrado cosas muy valiosas, especialmente en términos de cobertura y bajo gasto de bolsillo, pero es frágil y necesita que todos lo cuidemos. Mi mensaje final es: tengamos fe en el sistema, trabajemos juntos para fortalecerlo y no permitamos que se siga deteriorando. La salud de millones de colombianos depende de que logremos que este engranaje funcione bien.