Read the Conversation
Mensajes destacados:
- Christián lidera con propósito: mejorar los ecosistemas de salud en la región. Su enfoque "liderar, comprometer y transformar" fortalece capacidades y recursos para crear mejoras tangibles que impactan a la región.
- Latam tiene la oportunidad de atraer recursos para mejorar acceso y eficiencia del gasto; el caso RSV en Chile muestra impacto inmediato en salud pública.
- La importancia de la calidad y satisfacción del cliente como palancas de transformación.
- A lo largo de 97 años de trayectoria colaborativa con el sistema de salud mexicano, Sanofi ha consolidado su posición en Latinoamérica como un socio estratégico de primer orden. La presencia industrial de la compañía se materializa en centros de producción clave: en México, donde se fabrican 40 millones de dosis anuales de vacunas contra la influenza, y en Argentina, desde donde se suministra antígeno para la Hepatitis B a mercados globales. Esta infraestructura regional nos permite ofrecer el portafolio de vacunas más robusto de Latinoamérica, complementado por una operación farmacéutica que produce localmente más de 100 millones de unidades terapéuticas para el tratamiento de diversas enfermedades crónicas.
- La región concentra una huella sólida de investigación clínica (13–15% de los ensayos globales) y apuesta por equipos adaptables y con dominio digital, porque el cambio es la única constante.
EF: Hace dos años, que tomaste la división regional de vacunas de Sanofi, en Latam y México. ¿Cuál fue la misión que te encomendaste en tu rol actual?
CP: En octubre de 2023, Paul Hudson hizo públicos los resultados del tercer trimestre de Sanofi. Allí destacó la necesidad de invertir en un pipeline de innovación más robusto que la compañía ha construido y de asegurar que esa innovación llegue a los pacientes. Esta decisión estratégica, si bien visionaria a largo plazo, representó un momento de incertidumbre para el mercado y tuvo implicaciones en nuestros resultados de corto plazo. En este contexto asumí mi rol en Vacunas en febrero de 2024 y, poco después, en una reunión presencial en París, nuestro CEO enfatizó que la transformación de Sanofi no tenía precedentes y que debíamos lograr que nuestro portafolio de productos llegara al mercado e impactara en la salud de los pacientes. Señaló que la ciencia haría su parte y que nosotros teníamos la responsabilidad de estar cien por ciento preparados, con capacidades y recursos, para que la innovación llegara a los pacientes. Acompaño plenamente esa narrativa. Mi lema profesional es "Liderar, comprometer y transformar", y me ha llevado a desempeñar distintos roles. Me apasiona liderar y lograr la transformación de las cosas. Me gusta analizar la complejidad, conectar los puntos y tomar decisiones. También he aprendido que, para tener éxito, necesito un equipo altamente comprometido y motivado para hacer posible la transformación. A nivel personal, me dedico a restaurar jeeps antiguos, mientras que profesionalmente me enfoco en transformar organizaciones y procesos para lograr un impacto significativo. El desafío que planteó la organización de posicionarnos para contar con las capacidades y la estructura necesarias para que el nuevo portafolio llegue al mercado me motiva mucho. En vacunas, estamos enfocados en el lanzamiento del anticuerpo monoclonal contra el virus sincitial respiratorio (RSV), donde somos pioneros en Latinoamérica. Hicimos un lanzamiento en Chile hace dos años y hoy tiene resultados sin precedentes. Por dos años consecutivos el país registró cero muertes de niños menores de un año, una reducción del 90% en hospitalizaciones y generó ahorros para el sistema de salud: una ecuación perfecta. El impacto de esta innovación en la salud es el mejor propósito para motivar y comprometer al equipo a visibilizar esta transformación.
Personalmente, o como misión, me mueve el desafío de transformar algo; el reto específico y la curiosidad intelectual que conlleva. De realizar roles comerciales, de marketing y de ventas, pasé a la manufactura porque había un reto organizacional muy grande y la compañía vio que mi perfil se adaptaba a ese desafío. Vacunas es un segmento de la salud complejo y tuve que aprender sobre asuntos gubernamentales, ventas públicas, gestión de licitaciones y acceso al mercado. Fue un territorio desconocido y aprendí rápidamente gracias al equipo que me rodea. Las personas que trabajan en vacunas son muy expertas en su campo y mi perfil complementa esa experiencia con una visión holística de la compañía. Planteaba preguntas a partir de mis experiencias, lo cual resultó un buen complemento a la experiencia del equipo para posicionarnos en el mercado mexicano y en el de Latam.
EF: Agilidad, calidad y precio. En el contexto de Latam, con sus distintos mercados y modelos de acceso, ¿cuáles dos elegirías para impulsar la transformación?
CP: En vacunas y en farma, jamás se puede comprometer la calidad, por lo que claramente priorizo calidad y agilidad. Un ejemplo concreto es nuestra alianza de inversión mixta con la Secretaría de Salud en México para la fabricación de la vacuna contra la influenza. Este año, por primera vez, las aproximadamente 40 millones de dosis se produjeron completamente aquí en México, con proveeduría mexicana y en plantas locales, entregándose en tiempo récord. Esto es crítico porque el tiempo de vida de una vacuna de influenza es muy corto al ser estacional, y si no se cumplen las normas de calidad, 40 millones de personas dejarían de estar protegidas. Para dimensionar el impacto: aproximadamente uno de cada tres mexicanos lleva nuestra vacuna en su cuerpo, lo que refuerza por qué la calidad está en primer lugar en todo lo que hacemos.
En la industria farmacéutica, compañías como Sanofi vivimos una transformación constante, donde la agilidad es clave: mientras otros se transforman y nos desafían, debemos concluir ciclos de trabajo de manera ágil para estar listos para el próximo reto. A la vez, existe la fatiga del cambio, por eso hablo con mi equipo de que el cambio ya no es un cambio, sino una constante. Quien no incorpora flexibilidad y resiliencia convivirá con tensión y frustración, mientras que la agilidad nos permite acotar el progreso que queremos lograr. El MVP (Producto Mínimo Viable) es un buen ejemplo para saber qué es lo mínimo que debemos hacer para ofrecer la calidad y el valor que el cliente espera de forma rápida. En América Latina, además, el acceso a la innovación tiene un contexto distinto al de los mercados desarrollados, por lo que en la transformación que lidero priorizo calidad y agilidad, agregando una tercera variable: la satisfacción del cliente, en su sentido más amplio, como base para nuestros equipos.
En Sanofi tomamos muy en serio la encuesta anual de cultura y clima organizacional para medir avances de la transformación. Complementamos con encuestas más frecuentes y focalizadas para seguir la evolución de decisiones y cambios. Es nuestra forma de medir la satisfacción de nuestros clientes colaboradores. También evaluamos la satisfacción de profesionales de la salud, pagadores y gobierno con lo que hacemos.
Hoy Sanofi se posiciona en México y Latinoamérica como “partner of choice” o “socio estratégico” por contar con el portafolio más completo de la región, con vacunas que acompañan a las personas en todas las etapas de vida. Un portafolio robusto y un liderazgo sólido se traducen en satisfacción del cliente. Por eso confirmo que mis variables son: calidad, agilidad y satisfacción del cliente.
EF: Como embajador de Sanofi en América Latina, ¿cuál es tu propuesta para atraer recursos a América Latina? ¿Por qué un dólar invertido aquí es mejor que uno invertido en otra región?
CP: Propongo a Latinoamérica como el lugar ideal. Contamos con un portafolio de vacunas que cubre todas las etapas de la vida y una presencia consolidada de muchos años. En México estamos por cumplir cien años de colaboración con el sector salud, un valor clave que nos distingue. En Sanofi Latam tenemos presencia, credibilidad y profesionalismo reconocidos por gobiernos y comunidades médicas, un argumento muy relevante. En un nivel más macro, hay muchas regiones subdesarrolladas, con gran inequidad y sistemas de salud con muchas oportunidades; algunos países están más concentrados y otros más fragmentados, por lo que para llegar a esos mercados se necesitan distintos modelos. Somos un equipo versátil, creativo y con la energía para hacer que las cosas ocurran. La necesidad de reinventarnos de forma permanente nos vuelve exitosos cuando trabajamos en otras culturas. En un contexto de innovación, donde el gran reto es desarrollar nuevas capacidades y atraer recursos para ejecutarla, Latinoamérica aporta creatividad, versatilidad y resiliencia para estar a la altura.
Las cohortes de nacimiento son fundamentales en vacunación. Desde antes de su nacimiento, a un niño hay que protegerlo con múltiples vacunas y los planes nacionales cubren hasta la adolescencia. Como industria, empezamos a enfocarnos también en el adulto, donde aún hay mucho por hacer. En Latinoamérica, aunque la tasa de natalidad ha venido disminuyendo aceleradamente desde la pandemia de COVID-19, como ocurre globalmente, el número absoluto de nacimientos sigue siendo significativo: México registra entre 1.6 y 1.8 millones, Brasil entre 2.5 y 2.6 millones, Argentina y Colombia aproximadamente medio millón cada uno, y Perú poco más de 450 mil. En total, aproximadamente 5.6 millones de bebés al año que debemos proteger y que serán motores de la economía del futuro.
Prevenir enfermedades mediante la inmunización es una necesidad de salud pública y, en muchos casos, una oportunidad. En Sanofi contamos con un pipeline de innovación en vacunas e inmunología, con especialidad en oncología y enfermedades raras. Su impacto es tangible y se ve en la salud pública y en la eficiencia económica, un tema central para los presupuestos de salud en Latinoamérica. En Chile, la implementación del programa con anticuerpo monoclonal para prevenir el VSR en niños menores de 1 año requirió una inversión de 93 millones de dólares durante dos años. Los resultados obtenidos fueron excepcionales: cero muertes por VSR, ausencia de saturación hospitalaria para casos moderados y graves, y una reducción significativa en las licencias médicas. La eficacia del programa generó ahorros considerables en el sistema de salud que no solo cubrieron la inversión inicial, sino que además liberaron recursos adicionales que pudieron destinarse a otras prioridades sanitarias del país. Estos datos son públicos y fueron citados durante el Congreso Latinoamericano de Infectología Pediátrica en Puerto Varas, celebrado del 11 al 14 de noviembre de este año, por un ingeniero de la Universidad de Chile que participó en el diseño técnico del programa. El desafío para la región es escalar: Chile registra unos 130 mil nacimientos al año, mientras que México tiene 12 veces más, una necesidad enorme para impactar la salud pública y generar eficiencia presupuestaria. .
EF: Están moldeando el futuro de las vacunas y de Sanofi en Latinoamérica. ¿Qué tipo de habilidades buscas para tu equipo? ¿Cómo se preparan para definir las necesidades futuras del sistema?
CP: Las personas que trabajan en vacunas son expertas y aportan gran valor; su experiencia nos da credibilidad y posicionamiento ante los stakeholders externos. El conocimiento y la experiencia son muy relevantes, pero no podemos quedarnos solo con eso, porque la experiencia puede cerrarnos a la innovación y a hacer las cosas de manera diferente. Por eso busco incorporar cada vez más perfiles con apertura a innovar, dispuestos a desafiar el estatus quo, con flexibilidad, adaptación y resiliencia para una transformación permanente.
Necesitamos fortalecer las habilidades de liderazgo en las nuevas generaciones y, sobre todo, mayor dominio tecnológico. Aún falta más apetito para experimentar y atreverse a usar herramientas que potencien nuestro trabajo. La inteligencia artificial es una capacidad que debemos acelerar. Es claro que reemplazará algunas funciones, pero para liberar al ser humano y que pueda dedicarse a otro tipo de trabajo: investigación, educación o incluso artístico.
Sanofi asumió el compromiso de convertirse en una compañía impulsada por la inteligencia artificial, incorporándola al desarrollo de moléculas y a los estudios clínicos. Hoy en México tenemos 54 estudios de alta especialidad en enfermedades raras, inmunología y vacunas, en distintas fases. Desde que usamos IA, la velocidad para captar sujetos de estudio creció de forma exponencial, lo que nos da tiempo para relacionarnos con nuevos institutos, sumar centros y preparar mejores presentaciones para atraer inversión.
Latinoamérica es muy importante para Sanofi en investigación clínica: Argentina y Chile, juntos, reúnen entre el 15 y el 20% de la investigación clínica de Sanofi en el mundo, y México está en el top 15 global. El equipo ya usa IA para reclutar con más velocidad y con perfiles que mejoran la adherencia y la continuidad del tratamiento. En investigación de moléculas, la IA hace hoy lo que antes llevaba cinco años. Para consolidar a Sanofi como una compañía enfocada en inmunología e impulsada por IA, trabajamos con todo el equipo en principios éticos y de uso responsable de esta tecnología.
