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Mensajes distinguidos:
- Visión estratégica y crecimiento institucional: como nuevo director general de Médica Sur y con 28 años de trayectoria en la institución, el Dr. Octavio González Chon busca consolidar un legado basado en una medicina de alta especialidad y ética centrada en el paciente, ampliando el campus y creando un hub médico de referencia en México.
- Inversión en talento, investigación y expansión física: Médica Sur fortalece sus tres pilares —asistencia, docencia e investigación— mediante programas de posgrado, una nueva torre de especialidades y el impulso de la investigación clínica y académica.
- Digitalización con enfoque cultural: La transformación tecnológica se basa en tres fases: digitalización interna, interoperabilidad con médicos externos, y empoderamiento del paciente. Este proceso requiere tanto inversión como un cambio de mentalidad y regulación.
- Colaboración público-privada y acceso sostenible: Médica Sur promueve alianzas con el sistema público, como la UNAM e institutos nacionales, y trabaja en modelos de atención más accesibles para los millones de mexicanos sin cobertura de salud pública.
- Prevención y salud poblacional como eje del futuro: La institución aboga por fortalecer la atención primaria, la medicina preventiva y la producción nacional de medicamentos esenciales. Reconoce que una población sana es clave para el desarrollo económico del país.
EF: Recientemente asumió el rol de director general en Médica Sur. ¿Cuál es la misión que se ha propuesto y cómo guiará al hospital para seguir creciendo dentro del sistema de salud mexicano?
OG: Es una gran responsabilidad. Llevo veintiocho años en Médica Sur, en distintos roles: jefe de la unidad coronaria, director académico, director médico y ahora, director general.
Mi principal compromiso es dejar un legado y continuar con los principios que definen a Médica Sur: una medicina basada en valores.
El reto hacia adelante es importante, especialmente al enfrentar las principales tendencias globales en salud.
La primera es atender las principales causas de mortalidad: enfermedades oncológicas y cardiovasculares. Se preveía que hacia 2050 las enfermedades cardiovasculares disminuirían y aumentarían las oncológicas, pero el COVID-19 aceleró ese cambio.
Otro gran desafío en México son las enfermedades crónicas no transmisibles. El sobrepeso, la obesidad y la diabetes son problemas relacionados con la falta de prevención. No abordarlos desde la prevención primaria será un problema serio para el sistema de salud, tanto público como privado.
En segundo lugar, la digitalización es clave. Contar con expedientes clínicos electrónicos e impulsar la interoperabilidad entre sistemas de salud es un reto fundamental, tanto para instituciones como Médica Sur como para todo el país. La interoperabilidad permite a los pacientes acceder a su información clínica sin importar si acuden a una institución pública o privada.
Un tercer desafío es la medicina personalizada. Nos ofrece la posibilidad de adaptar los tratamientos según los factores de riesgo de cada persona. Aún no sabemos si resolverá todos los problemas de salud, pero abre un panorama muy prometedor.
Médica Sur cuenta con cinco hectáreas para expandirse. La visión del Dr. Misael Uribe, gran líder de la institución, es desarrollar un hub de salud. Así como la Clínica Mayo o el Cleveland Clinic, que no abrieron decenas de hospitales, sino centros integrales donde las personas encuentran atención médica de alto nivel, nuestra meta es diferenciarnos como un hospital de alta especialidad.
Las tendencias indican que aumentará la demanda de diagnósticos y cirugías ambulatorias de segundo nivel, mientras que la alta especialidad seguirá siendo nuestro sello distintivo. También se abre una nueva línea hacia la atención médica en el hogar, el llamado homecare, que plantea un desafío importante.
El objetivo de Médica Sur es seguir creciendo dentro de su complejo, consolidarse en medicina de alta especialidad y ofrecer soluciones diferenciadas en atención ambulatoria.
EF: ¿En qué áreas invierte Médica Sur para fortalecer su crecimiento en alta especialidad y en atención ambulatoria, con el objetivo de posicionarse como líder del cambio hacia un sistema sustentable en México?
OG: Desde sus inicios, Médica Sur ha priorizado tres grandes áreas: la asistencia médica, la academia y la investigación. En el ámbito asistencial, nos hemos diferenciado por nuestra oferta de alta especialidad. En lo académico, contamos con 165 residentes de especialidad en 16 cursos distintos, que abarcan medicina interna, cirugía, anestesiología, terapia intensiva, gastroenterología, radiología, y cursos de alta especialidad.
Formamos talento con una visión basada en los valores de Médica Sur. Estos profesionales son quienes continuarán desarrollando nuestra labor académica. Nuestros residentes destacan en los rankings nacionales de especialidades de la UNAM, y seguiremos apostando por la formación de capital humano como eje estratégico.
En el área de investigación, fuimos la cuna de la revista Annals of Hepatology, una de las publicaciones científicas mejor posicionadas del país, cuenta con un factor de impacto de 4.4 puntos. Además, la revista cuenta con el respaldo de nuestra fundación, que trabaja para fortalecer su prestigio. Médica Sur ha contribuido a la medicina con más de 1,500 artículos científicos publicados. También realizamos investigación clínica, lo cual requiere laboratorios e infraestructura adecuada.
Estos tres pilares —asistencia, academia e investigación— seguirán siendo nuestra base. Para fortalecerlos, estamos haciendo inversiones importantes. Contamos con un terreno de cinco hectáreas en el que construiremos una nueva torre de especialidades. Actualmente estamos diseñando qué unidades se trasladarán a los nuevos edificios, lo que nos permitirá mantener nuestra capacidad instalada, pero con mayor enfoque en alta especialidad.
Nuestra visión es construir un sistema de salud integral en los próximos diez años. Ya estamos dando los primeros pasos: este año comenzamos a edificar nuevos consultorios dentro del complejo e impulsamos la cirugía ambulatoria dentro de nuestra planeación estratégica. Todo esto se acompaña de una fuerte apuesta tecnológica. Es un plan ambicioso, pero tenemos claridad, estrategia y tiempo para hacerlo realidad.
EF: ¿Cuáles son las inversiones más relevantes en tecnología para construir hospitales inteligentes al servicio del paciente?
OG: Todos hablamos de tecnología y digitalización, pero desde mi perspectiva, el primer paso es estabilizar conceptos fundamentales como la interoperabilidad y el expediente clínico electrónico dentro del hospital. El big data aún es un objetivo lejano, pero muchos hospitales seguimos esa misma ruta, aunque aún falta madurez en el proceso.
No se trata solo de invertir en tecnología, sino también de generar un cambio cultural, innovación. Las personas deben cambiar su mentalidad para que la tecnología sea realmente útil en el trabajo diario. Primero, debemos lograr una digitalización estable dentro del hospital: integrar los laboratorios, estudios de imagen, historiales clínicos y un número único por paciente en un sistema interoperable.
El segundo paso será permitir que los médicos puedan conectarse desde sus consultorios con el sistema del hospital, y el tercero, empoderar al paciente para que sea dueño de su información y pueda llevar consigo su expediente clínico a cualquier lugar.
Sin embargo, aún queda un largo camino. Actualmente existe una norma oficial para el expediente clínico electrónico, pero no hay regulaciones unificadas que apliquen a todos los sistemas. Uno de los avances más urgentes es la implementación de la receta electrónica.
La digitalización real de la salud requiere varios pasos. La tecnología evoluciona constantemente, con nuevos motores de inteligencia artificial emergiendo mes a mes. En Médica Sur, ya utilizamos procesadores de lenguaje para reducir la carga administrativa de los médicos, y nuestras enfermeras trabajan con tablets.
Esto es apenas el comienzo. El uso de la tecnología seguirá creciendo, pero debe ir acompañado de regulación, inversión y transformación cultural. México aún tiene mucho por desarrollar, pero estamos convencido de que, aunque sea un proceso gradual, lo lograremos.
EF: Las instituciones privadas están acelerando la innovación en México. ¿Cómo pueden establecer vínculos con el sistema público para mejorar el acceso y la calidad de la atención? ¿Podría compartir ejemplos de cómo Médica Sur impulsa alianzas en educación en salud?
OG: Nuestra fortaleza está en la atención médica y en la academia. Tenemos convenios con la UNAM y formamos médicos residentes. Muchos de ellos complementan sus subespecialidades en cardiología, nutrición o neurología; en institutos nacionales, es decir, en el sistema público. Esa convivencia permite a nuestros médicos conocer otro tipo de paciente, otra realidad médica, y al mismo tiempo llevar nuestra cultura institucional a esos espacios.
Sí colaboramos con el sistema público. Durante la pandemia, por ejemplo, fuimos convocados a sumarnos al esfuerzo del gobierno y de las instituciones públicas de salud. La diferencia principal es el modelo de financiamiento, pero la atención al paciente, la calidad médica y las buenas prácticas deben ser las mismas.
A futuro, podría existir una mayor integración entre el sistema de salud público y el privado. Para eso, hay que sentar las bases y explorar cuánto podemos colaborar, aunque hoy esa conversación debe surgir desde el sector gubernamental. Si bien el sector privado representa una pequeña parte del sistema —atendemos a un 8-10% de la población que puede pagar un seguro médico—, estamos trabajando internamente para ofrecer modelos de atención más accesibles. Queremos llegar a una parte de los 50 millones de mexicanos que hoy no cuentan con acceso a la salud pública y se encuentran en una situación de incertidumbre sanitaria. La medicina debe ser la misma para todos: con acceso universal, indicadores de calidad y vigilancia epidemiológica. Ese debe ser el objetivo, sin importar quién financia el sistema.
EF: Hizo referencia a un cambio cultural, pasar de un sistema reactivo a uno preventivo. ¿Qué posibilidades existen de concienciar al público y a los profesionales sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico temprano?
OG: Apostar por la salud poblacional y la medicina preventiva es un reto ambicioso, pero no imposible. En México, deberíamos empezar desde el primer nivel de atención, con el médico familiar y las guías clínicas que ya existen —como las del CENETEC— para abordar obesidad, hipertensión y diabetes. Si logramos que estos pacientes realicen sus controles en ese nivel, podríamos reducir la carga en los hospitales de segundo y tercer nivel.
Debemos enfocarnos en prevenir lo que ya se ha convertido en un problema de salud pública: el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión y la diabetes, que derivan en infartos, accidentes cerebrovasculares o insuficiencia renal. Si estos problemas se controlaran desde el inicio, el beneficio sería general.
Esto requiere médicos familiares capacitados y con acceso a las guías clínicas, ya sean nacionales o internacionales, que indiquen objetivos y tratamientos claros. Pero también es necesario que los medicamentos recomendados sean accesibles económicamente.
La medicina personalizada sería el escenario ideal, pero no es viable para toda la población. Si una persona tiene predisposición genética a enfermedades metabólicas, oncológicas o crónicas, deberá seguir controles, tratamientos o dietas específicas, lo que implica un compromiso que no todos pueden asumir.
Sin embargo, a nivel poblacional sí podemos generar impacto cultural en aspectos básicos como el control del peso, la alimentación y el ejercicio. Aunque ha habido campañas bien diseñadas, aún no hemos logrado cambiar hábitos en la mayoría de la población.
La industria farmacéutica nacional debería ser incentivada para producir medicamentos esenciales como metformina, aspirina o estatinas, que pueden ser inaccesibles para personas con bajos ingresos. La salud poblacional es clave, y debemos ser más efectivos en alcanzar los objetivos establecidos en las guías clínicas.
La pandemia de COVID nos dejó una lección clara: una población sana es esencial para la economía. Invertir en salud no es un gasto, es una base fundamental para la productividad del país.
EF: Después de casi 30 años en Médica Sur, ¿qué más quiere lograr dentro de la empresa?
OG: El mayor reto que comparto con el Dr. Misael Uribe es dejar un legado de buena medicina y de valores, algo fundamental para la institución y su crecimiento. Nos gustaría expandir el campus y replicar nuestro modelo. El objetivo es seguir fortaleciendo la excelencia médica basada en valores, siempre con el paciente al centro, y continuar consolidando nuestros tres pilares: asistencia, docencia e investigación. Este mensaje sobre nuestros valores y considerar al paciente al centro de nuestras atenciones lo hicimos más visible para nuestra comunidad hace un par de años. Con una escultura en el campus, “La flor de los valores” que representa nuestros valores y que sirvió de inspiración para el cambio de nuestra imagen, haciendo presente esta filosofía también visualmente cada día.
Así como la Clínica Mayo tiene sus fundadores de hace más de 150 años, Médica Sur cuenta con el legado del Dr. Misael Uribe, quien ha establecido los principios de una medicina de excelencia para los próximos cien años. Nuestro compromiso es seguir siendo la mejor institución de salud, con una medicina ética, centrada en las personas y guiada por nuestros valores.
Trabajamos cada día con nuestros equipos, con los profesionales de la salud y con todos los que hacen posible este hospital. Estar aquí es mi mejor sueño hecho realidad.