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EF: ¿Cuáles son las prioridades actuales de ATRYS y que esperan de la compañía en el 2024?

ST: Cuando Atrys nació en 2016 estaba conformada por un equipo compuesto por tan solo 40 personas. Actualmente somos más de 2400 empleados, un reflejo del crecimiento que hemos vivido como compañía en menos de una década. Este crecimiento también se ha visto reflejado en el volumen de ingresos: durante nuestro primer año de actividad, cerramos con una facturación 4 millones de euros, mientras que este último año, 2023, prevemos superar los 200 millones en facturación. El incremento de la facturación, unido al impulso de nuestra actividad en múltiples mercados, nos ha permitido acercar un servicio de salud de calidad a 50 millones de personas.  

Esta andadura surgió hace siete años, cuando nos planteamos que el mundo de la sanidad estaba viviendo un proceso de concentración y, a raíz de esta reflexión, nació Atrys. En este contexto del que hablo, muchos fondos de inversión, de capital privado y de deuda compraban hospitales y centros, constituyéndose grandes grupos deslocalizados fuera del territorio nacional. Era el caso, por ejemplo, del grupo Quirón de Fresenius en Frankfurt; Unilabs, que ahora es de una familia de Copenhague, Dinamarca; ViaMed, que pertenece a un fondo australiano en Melbourne; Rivera Salud es de un grupo Francés; SynLab de un fondo americano Cinven, y podría seguir.

En el momento actual, los fondos han entrado en el sector sanitario, se han concentrado y, a raíz de estas alianzas, se han creado grandes grupos. Sin duda antes de fundar Atrys éramos conscientes de la importancia del diagnóstico de precisión y del valor de las alianzas para alcanzar este objetivo. Para lograr esas alianzas, y no quedarnos tan solo en una relación de cliente-proveedor que solo mira los precios, teníamos que ser grandes. Creando alianzas se logra un win-win en otras áreas y se adquiere el tamaño necesario para sentarse a discutir de igual a igual con otros grandes del sector. Nuestro objetivo es crecer y convertirnos en un player de gran relevancia en el sector, con el fin de sentarnos con otros grandes.

Atrys creció aceleradamente, cotizamos en bolsa, hicimos una ampliación de capital privado y apostamos por el mercado de deuda y la compra de compañías estratégicas.  En concreto, durante los últimos cinco años hemos adquirido 17 compañías, siempre haciéndonos con el 100% de las participaciones. Actualmente operamos en 7 países, destacando nuestra fuerte presencia en España y Portugal, regiones donde contamos con muchos centros y una intensa actividad. También estamos presentes en Brasil y tenemos el 90% de la cuota del mercado de radiología en Chile, área en la que también somos líderes en Colombia. Asimismo, tenemos presencia en Perú y en México. De hecho, recientemente cerramos un acuerdo importante en México con el grupo MAC y otro acuerdo con una compañía llamada Salud Interactiva, especializada en telemedicina, que es de Inbursa, del ingeniero y empresario Carlos Slim. A nivel de líneas de negocio, las áreas en las que trabajamos son: 1) Medicina de Precisión, referida concretamente al diagnóstico de precisión y telediagnóstico, 2) Oncología Médica y Diagnóstico, es decir, todo aquello relacionado con el diagnóstico médico oncológico y la oncología de radioterapia, y 3) Medicina de prevención.

Echando la vista atrás, creo que la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de que cada persona se ocupe de su propia salud y, a través de la prevención y chequeos anuales, podemos encontrar enfermedades en fases muy incipientes cuya solución, en ocasiones, está en nuestra mano si incorporamos cambios en nuestro estilo de vida. Una hipertensión leve, por ejemplo, se puede revertir con ejercicio, o un cáncer de páncreas incipiente puede ser resuelto antes de que se genere metástasis. Si las mujeres hacen mamografías preventivas entre los 30 y 60 años se reduciría en gran medida la incidencia de cáncer de mama. Sin duda en Atrys estamos convencidos de que la prevención será clave en la salud del futuro y, por ello, en 2021 adquiridos ASPY, la empresa de prevención de riesgos laborales, que nos permite llevar un exhaustivo control de la salud de un millón de personas en España, para lo que nos servimos de las últimas tecnologías y de la inteligencia artificial con el fin de automatizar los diagnósticos.  

EF: ¿Podría desarrollar esta idea de la importancia de la prevención y el valor de diagnósticos tempranos y precisos para Atrys?

ST: Para hablar sobre la importancia que tiene la prevención y el diagnóstico temprano, creo que debemos hablar del contexto de la población a nivel global y de las tendencias y retos que se presentan en los próximos años. Desde mi punto de vista, nos encontramos con cuatro grandes tendencias. En primer lugar, en España y en países desarrollados la pirámide poblacional está cambiando: cada vez hay más personas mayores. En concreto en España tenemos 27.000 centenarios y varias personas que superan los 110 años, un dato que sin duda permite hacernos una idea de cómo la salud de la población está evolucionando. En segundo lugar, haciendo referencia a la salud de esta población, detectamos un aumento de la prevalencia de cáncer, pero no porque haya más cáncer, sino porque hay más personas con seguro que se hacen chequeos y revisiones para estar al tanto de su estado de salud. En tercer lugar, existe un déficit de especialistas médicos, no solo a nivel nacional sino global. En el sector de la salud detectamos una mayor demanda de especialistas en áreas como la radiología, cardiología o neurología, entre muchas otras, frente a los profesionales disponibles. Y, por último, observamos un incremento de coste de la sanidad, pues los nuevos tratamientos oncológicos que recurren a tecnologías de vanguardia pueden costar 40.000 dólares por año.

En este contexto, en Atrys estamos convencidos de que la incursión en la genómica y en la genética es un tema clave a corto plazo para impulsar la prevención y ofrecer diagnósticos más precisos. Hoy en día, conocemos la existencia de muchos tipos de cáncer, lo que nos permite saber con mayor exactitud el pronóstico y el tratamiento más adecuado según cada caso. Apoyada en la telemedicina, nuestra misión es convertir en accesible el diagnóstico y tratamiento de enfermedades para todas las personas gracias a la amplia red de laboratorios y profesionales que forman parte de Atrys. Esto resuelve una carencia existente en muchos países, donde las personas viven en regiones con pocos o incluso ningún médico. Sin embargo, gracias a la tecnología ya no es necesario que el profesional que lee una resonancia esté cerca del paciente, sino que puede hacerse desde la distancia, incluso a 10.000 km. Los hospitales tan solo deben subir la información a la nube y nuestra plataforma devuelve los informes en un plazo de entre 24 y 48 horas.

Para que esta premisa sea un éxito, contamos con una plantilla de alrededor de 850 médicos y las últimas tecnologías que nos permiten realizar 6,1 millones de diagnósticos online al año, lo que nos convierte en la compañía líder de telediagnóstico en lengua española. Asimismo, el expertise de nuestros profesionales es altísimo. Muchos médicos de Latinoamérica vienen a España a formarse y especializarse y, después de haber obtenido el título de especialista radiólogo, regresan a su país. Estos profesionales cuentan con un título válido equivalente al que tienen los profesionales sanitarios españoles, y forman parte de nuestro equipo de urgencias nocturnas en España, ofreciendo cobertura 24h con médicos de guardia que trabajan desde el otro continente. Por ejemplo, si en España un paciente concurre a un centro afectado por un ictus a las dos de la madrugada, se le realiza un TAC, se sube el estudio a la nube y desde Medellín lo revisan y en menos de 60 minutos se entrega el informe al hospital español. Además, en el caso de que el médico de guardia de urgencias tenga dudas, se puede poner el contacto con el especialista para evaluar el caso y tomar la mejor decisión.

Mediante este sistema hemos creado lo que denominaríamos un banco de compensación de especialistas médicos, que permiten cubrir las necesidades sanitarias en regiones donde no hay servicios de salud o donde la demanda supera a la oferta, como es el caso de las zonas costeras durante el periodo estival o en las regiones con dificultad de acceso. En centros de atención primaria donde hay un médico generalista, montamos equipos de diagnóstico sencillos y formamos al personal sanitario para tomar las imágenes se subirán a la nube. El médico generalista trabaja mano a mano con médicos virtuales que le ofrecen apoyo en el diagnóstico de patologías y en la toma de decisiones sobre el tratamiento más adecuado según cada caso. Un ejemplo de esto son nuestros laboratorios en Chile, donde somos capaces de realizar seguimiento sobre cardiopatías a una parte importante de la población de Angola. Asimismo, desde las principales ciudades del país latinoamericano atendemos a regiones con menos servicios sanitarios como la Patagonia y Atacama. Hacemos lo mismo en Colombia, Portugal y España. Como valor añadido, reducimos nuestra huella de carbono gracias a la telemedicina, pues evitamos que las personas tengan que trasladarse a los centros médicos. Somos disruptivos en cuanto a diagnósticos e innovación.  

En todo este proceso, la inteligencia artificial es fundamental, porque permite automatizar los diagnósticos y descartar aquellos que no tienen patología, facilitando el trabajo del médico que tan solo debe revisar las pruebas que registran alteraciones. Este sistema se aplica a múltiples pruebas, desde el conocido examen del ‘fondo de ojo’ para detectar frenopatías que pueden ser síntoma de diabetes hasta mamografías o radiografías de tórax. Sin duda, la IA cada vez irrumpe más y permite que nuestros médicos se dediquen tan solo a aquellos casos con patología, descartando gracias a la tecnología placas de pacientes sanos. Con este sistema, en Atención Primaria podemos abordar la problemático del acceso y atención médica, reduciendo las listas de espera y operando con mayor eficiencia. De hecho, gracias a la nube y al personal médico la lista de espera se ha reducido casi en un 800%. La tecnología nos ha permitido avanzar a enormes pasos.

EF: ¿Que hace tan atractiva y disruptiva esa innovación española en áreas como la telemedicina o en pronósticos?

ST: Hace años leí en una revista sobre un médico radiólogo en Bangalore que titulaba: ‘De día, las imágenes de urgencia, de noche, en Estados Unidos’. Los hospitales en Estados Unidos no tienen radiólogos de noche y enviaban las imágenes a India. Este radiólogo inventó el sistema y nosotros lo replicamos en España. Si se puede hacer entre India y los hospitales de Estados Unidos en inglés, lo podemos hacer en España con América Latina, con quienes tenemos entre 6 y 8 horas diferencia y hay una masa crítica e idioma compartido.  

De hecho, está funcionando muy bien. En Uruguay, por ejemplo, hay 3.000 cardiólogos, y en Chile 300. Con un plan regional desplegado entre España y Latinoamérica, que incluya la validación de los títulos de los especialistas, se podría disponer de una cantidad de información que beneficiaría a poblaciones de toda la región.  Con la suma de una lengua compartida, buenos médicos y un programa de diagnóstico maravilloso en la atención primaria podríamos dar cobertura a regiones que no tienen acceso a servicios sanitarios y tendríamos un gran impacto.

Ante este panorama, los datos en salud son fundamentales. Un dato puede no servir para nada, pero muchos datos curan. La IA y el Big Data abren nuevas oportunidades que nos permitirían acelerar pronósticos y diagnósticos, tomando decisiones eficaces antes incluso de que las enfermedades se manifiesten. Si somos capaces de conseguir este objetivo, el coste de la salud disminuiría notablemente y la salud estaría por encima de la sanidad. El ejemplo más claro que tenemos es la obesidad. Hoy en día existen tratamientos para esta patología que funcionan muy bien y, si consiguiéramos eliminar de raíz este problema de salud, podríamos prevenir enfermedades derivadas como la diabetes, la hipertensión, o los problemas de circulación cerebral.  

EF: Basado en su trayectoria como médico y empresario, ¿cuáles serían los tres pilares básicos y necesarios para un sistema de salud sostenible en España y global?

ST: Desde mi punto de vista, los tres pilares básicos a considerar para construir un sistema de salud sostenible a nivel nacional e internacional son:

  1. Transmitir a la población que cada uno sea sujeto activo de su propia salud. Es importante que la población se ocupe de sus controles, chequeos y de ser consciente del estado de su cuerpo.  
  1. La prevención como elemento fundamental del sistema. Cuanta más prevención hagamos, más sostenible será el sistema.  
  1. La accesibilidad, es decir, conseguir que las poblaciones remotas en América Latina, por ejemplo, tengan la posibilidad de que un profesional sanitario evalúe su estado de salud. A veces, la diferencia de salud depende de un código postal y eso no puede ocurrir.  

En resumen, prevención, accesibilidad y el concepto de cada persona sea sujeto activo de su salud serían los tres pilares esenciales para garantizar un sistema de salud sostenible. Todavía existen personas que no van al médico por miedo a ser diagnosticados de alguna patología, pero hay que cambiar esa mentalidad y pensar que acudir a un profesional es la mejor forma de atajar una patología a tiempo y tratarla de manera temprana para obtener un pronóstico más positivo.

Este cambio de mentalidad empezó a formarse hace tres años,  con la pandemia. Las personas compraban oxímetros y hablaban de su nivel de oxígeno en sangre, algo que jamás había pasado antes y, en mi opinión, fue maravilloso. También ha aumentado la vacunación por otras enfermedades como la gripe, la neumonía neumocócica o el herpes zoster. Fue un punto de inflexión que creó mayor conciencia sobre la importancia de ser sujetos activos en nuestra salud.  

Mi consejo final para alcanzar un sistema más sostenible es: más salud y menos sanidad para evitar -y prevenir- enfermedades.  

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February 2024
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